Reportaje – Artistas por Palestina y el Boicot Cultural a Israel

“We’re rockers and rappers united and strong
We’re here to talk about South Africa (Palestine)
we don’t like what’s going on
It’s time for some justice it’s time for the truth
We’ve realized there’s only one thing we can do
I ain’t gonna play Sun City” (Israel)

En julio de 2005, se inicia el Movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones(Movimiento BDS). Se trata de una campaña global liderada por la sociedad civil palestina. El BDS llama al boicot, la desinversión y las sanciones internacionales contra Israel. Paralelamente, está la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural de Israel (PACBI). Esta aboga por el boicot de instituciones académicas y culturales por su complicidad en la negación de los derechos palestinos.

El BDS tiene tres demandas centrales: El fin de la ocupación y colonización israelí; la igualdad de los ciudadanos árabes palestinos que viven en Israel; y el reconocimiento del derecho de los refugiados palestinos al retorno.

Ambos movimientos están inspirados en acciones similares durante el Apartheid sudafricano. En 1985, la campaña Artistas Unidos Contra el Apartheid lanzó una canción de protesta titulada I ain’t gonna play Sun City. Sun City era un complejo turístico, exclusivamente para blancos, que se convirtió en símbolo del clima político en Sudáfrica.

Esta iniciativa atrajo la atención internacional y fue determinante para el fin del régimen. Un sistema que socavó los derechos fundamentales de la población negra de ese país durante casi 50 años. Tres décadas más tarde, otro grupo de artistas vuelven a exigir el fin del Apartheid… pero esta vez en Palestina.

Un poco de historia y puntos claves del conflicto

Todo comenzó con la creación del estado de Israel en 1948 (después de la Segunda Guerra Mundial). La tierra que había estado bajo dominio británico fue entregada a los judíos sionistas. Gran parte pertenecía a Palestina y esto generó una guerra entre árabes e israelíes por el territorio. En 1967, Israel ocupó otras áreas palestinas, incluyendo Jerusalén y la Franja de Gaza, permaneciendo allí por muchos años.

En 2005, Israel decide abandonar Gaza y Hamas gana las elecciones. Este grupo se niega a reconocer a Israel como país y es considerado un órgano terrorista, en el mundo occidental. Desde entonces, Israel ha mantenido a Gaza bajo bloqueo y controla sus fronteras -una violación de las normas del Derecho Internacional. En 2017, la Comisión Económica y Social para Asia Occidental de la ONU declaró que Israel había establecido un régimen de ‘apartheid’ contra el pueblo palestino.

Muchos musulmanes en el Medio Oriente hablan de la “culpa occidental”. El Holocausto es la razón por la que Occidente no actúa contra Israel y el motivo por el que grandes potencias apoyan al estado israelí. En 2016, EEUU firmó un contrato de $38 mil millones para proporcionar a Israel asistencia militar durante 10 años. Mientras que Alemania tiene un acuerdo de “Cooperación de Seguridad” con Israel que incluye venta de armamento militar. El conflicto israelí-palestino ha generado una cuarta parte de todos los refugiados en el mundo.

Lana Don’t Go

El pasado mes de agosto, la cantante Lana Del Rey canceló su participación en el Festival Meteor. El festival, que tiene lugar en Kibbutz, una región a la que los palestinos no tienen acceso, anunció a la cantante como cabeza de cartel. Debido a la polémica suscitada, la cantante justificó su participación alegando que “tocar en un determinado país no quiere decir estar de acuerdo con sus políticas”.

Sin embargo, el PACBI reprochó la decisión de la artista y abrió una petición online, que alcanzó las 15.000 firmas, en la que se le pedía a Del Rey no participar en dicho festival. Esta iniciativa fue acompañada del hashtag #LanaDontGo.

Finalmente, Del Rey decidió posponer su concierto, hasta que fuera posible “programar visitas para mis seguidores israelíes y palestinos“. Con esta decisión, Lana se sumó a la decena de músicos que también cancelaron su participación en el festival y a la lista de artistas que desde el 2015 se han unido al boicot a Israel.

Radiohead y Nick Cave dicen No al Boicot

Aunque con Del Rey las acciones del PACBI resultaron favorables, no todos los artistas han asumido la misma posición. El año pasado, Radiohead y Nick Cave ofrecieron conciertos en Israel, a pesar de las críticas y peticiones en contra. La decisión de Nick Cave fue en respuesta “al abuso de poder de la campaña BDS y su intento de silenciar y censurar a los músicos”.

En un comunicado de prensa, Roger Waters y Brian Eno confrontaron al artista australiano. Por su parte, Brian Eno indicó que le parecía peculiar hablar de “silenciar la música”. Especialmente, en un contexto en el que Israel se ha encargado de “silenciar” al pueblo palestino:

“El argumento de BDS es bastante simple: Israel ha usado -y generosamente- el intercambio cultural como una forma de ‘hasbara’ (propaganda) para mejorar la imagen del país en el extranjero. La campaña de BDS es simplemente pedirles a los artistas que no sean parte de esa campaña de propaganda”.

La masacre en Gaza y #ArtistsForPalestine

El 14 de mayo de 2018, el ministerio de Salud de la Franja de Gaza confirmó la muerte de 55 palestinos y más de 2.000 heridos a manos de soldados israelíes. Se trató de una de las jornadas más sangrientas de este conflicto desde 2014. Entre los muertos y heridos se encontraban niños, médicos, periodistas y fotógrafos.

El repudio internacional no se hizo esperar y una ola coordinada de bandas decidió tomar posición y respaldar públicamente el boicot cultural a Israel en apoyo de los derechos palestinos. En respuesta a la llamada iniciada por el PACBI, varios artistas incluyendo Wolf Alice, Portishead y Algiers, se sumaron a la campaña #ArtistsForPalestine compartiendo la siguiente imagen:

Artists for Palestine

 

No obstante, la solidaridad de Algiers fue motivo de protesta en Alemania. Días previos a su presentación en el Pflasterstrand Campus Festival en julio, un grupo de estudiantes aparentemente asociado al movimiento “Anti-Deutsch”*, abrió una petición online para cancelar el concierto. La banda compartió un comunicado y en entrevista telefónica con Ryan Mahan, bajista del grupo, éste comentó:

Nos convertimos en objetivo por apoyar públicamente al pueblo palestino (…) Nuestra principal preocupación es clara: apoyar al pueblo palestino para que logre la justicia y se suspenda la ocupación, el racismo, la discriminación y la muerte (…) Apoyamos incondicionalmente cualquier medida que apunte al fin de esta guerra, incluido el derecho a objetar conscientemente las políticas de un gobierno a través de medios pacíficos.”

Algiers-Credit-to-Joe-Dilworth

Además, Ryan concluyó diciendo: “Es frustrante cuando ves a grupos como Radiohead o Nick Cave tocar en Israel. Claramente están haciendo dinero de una situación de vida o muerte. Es realmente decepcionante. En nuestro caso, tenemos claro lo que apoyamos. Si sumamos nuestro esfuerzo al de otros artistas podemos generar un cambio colectivo. No criticamos a los que no toman posición. Es una situación muy complicada. Lo que sí queremos es sumar fuerzas en contra del poder de un estado opresor.”

*El llamado movimiento “Anti-Deutsch” (anti-alemanes), apareció en respuesta a las ofensivas neonazis surgidas después de la reunificación de Alemania. Este grupo se rige por el llamado “antisemitismo eliminatorio”. Esto se aplica a cualquier movimiento que se oponga a la hegemonía estadounidense e israelí en el Medio Oriente.

Alemania y el antisemitismo

El contexto alemán y la cultura política predominante han generado opiniones extremas sobre el conflicto palestino-israelí. Limpiar la imagen de Alemania ante los ojos internacionales ha dado pie a un discurso pro-sionista -como sinónimo de solidaridad con los judíos- y que considera cualquier crítica a Israel como antisemitismo. De ahí a que la posición alemana esté tan llena de dicotomías y algunos consideren que se presta, sin querer, a la propaganda israelí.

Por ejemplo, el festival Pop-Kultur de Berlín, que tiene lugar a mediados de agosto, recibe dinero de la Embajada de Israel y promueve el intercambio cultural con artistas de ese país. En el año 2017, el Pop-Kultur se convirtió en blanco del movimiento BDS. Este primer llamado al boicot consiguió atraer la atención de agrupaciones como Young Fathers, quienes cancelaron su participación. La edición de este año, que continúa siendo target del BDS, también sufrió bajas importantes con la salida de Nadine Shah y John Maus, entre otros artistas.

A pesar de las consecuencias de mantener una relación con instituciones israelíes, los organizadores del Pop-Kultur son muy categóricos en su posición: “No nos intimidan los boicots. Si hay artistas que no quieren presentarse en nuestro festival porque recibimos apoyo de la embajada israelí en Berlín, lo lamentamos mucho (…) Creemos que el discurso y el diálogo son los únicos medios para tratar los conflictos en este mundo. Nosotros, como trabajadores culturales, tenemos la responsabilidad especial de establecer redes a través de las fronteras, incluso cuando no estamos de acuerdo.”

La discriminación política llega a la pista de baile

No es posible pensar la existen­cia de un sistema institucionalizado de discri­minación sin las directrices de un régimen político determinado. El gobierno alemán ha tenido la función histórica de reintegrar al país en la “comunidad internacional” y considera la “seguridad de Israel” de interés nacional. Por lo tanto, no es de extrañar la existencia de actos discriminatorios. Además de Algiers, colectivos y DJs también han sufrido discriminación ideológica: el llamado al boicot a Israel es considerado antisemita.

Recientemente, la productora norteamericana Hiro Kone se vio afectada por esta situación. El pasado mes de septiembre un promotor de la ciudad alemana de Leipzig se negó a contratarla. La decisión fue en respuesta a la posición política de la artista. Según el promotor, se trata de una reacción predominante en esa ciudad, en la que hasta Antifa es pro-Israel. En un comunicado, Hiro Kone comentó:

Enmarcar BDS como antisemita es totalmente erróneo, es lo mismo que enmarcar Black Lives Matter como un movimiento racista contra los blancos (…) En la raíz de estos dos movimientos está el llamado inflexible a proteger y defender a los oprimidos por el gobierno de una cultura dominante. Estos movimientos tienen que ver con la libertad y la igualdad (…) Me siento especialmente obligada a hablar en apoyo de cualquier comunidad vulnerable como persona de color, como mujer, y como hija de un inmigrante.”

Hiro Kone

 

“Como estadounidense, me siento responsable porque mi país le da al gobierno israelí miles de millones en ayuda militar (…) El llamado a un boicot es del pueblo palestino. Puedes elegir ignorarlo pero eliges el lado de un opresor bien armado y más poderoso. ¿Qué nos ha enseñado la historia sobre eso? (…) Me solidarizo con los palestinos, ya que me solidarizo con todas las personas oprimidas porque somos más poderosos juntos que separados”.

La escena electrónica se suma al boicot: DJS por Palestina

El día 12 de septiembre, un numeroso grupo de DJs, productores, sellos discográficos y músicos electrónicos se sumaron a una campaña online para respaldar el boicot cultural a Israel con el hashtag #DJsForPalestine. Artistas como CaribouBlack Madonna, FourTet, y los colectivos Discwoman y Room4Resistance, se unieron a esta acción compartiendo esta imagen:

djsforpalestine

 

La respuesta alemana no se hizo esperar. Varios de los artistas y colectivos que se sumaron a la campaña sufrieron las consecuencias. Promotores y dueños de locales en diferentes ciudades alemanas cancelaron eventos y contratos, alegando diferencias políticas. Estas acciones fueron condenadas por el PACBIcomo parte de un patrón de racismo, intimidación y censura antipalestinos.”

R4R: “Nos oponemos al etno-nacionalismo”

Tal fue el caso de Room 4 Resistance, colectivo LGBTQI de Berlín. Su evento en el club ://about blank fue cancelado debido a “diferencias políticas irreconciliables”. Por su parte, el colectivo decidió compartir su opinión al respecto:

“Nosotros, R4R, estamos aquí para llevar la política a la pista de baile, y nos solidarizamos con los palestinos (…) R4R también se opone al etno-nacionalismo (…) Teniendo en cuenta la historia (y presente) de etno-nacionalismo de Alemania, es especialmente importante que R4R adopte una postura clara y consecuente contra esta ideología (…) Es posible oponerse a un estado sin perseguir a sus ciudadanos.” 

“R4R da la bienvenida a todos los ciudadanos del mundo a nuestros eventos, siempre que respeten nuestra política de espacio más seguro. Los ciudadanos israelíes son tan bienvenidos como los palestinos, los sirios, los tunecinos, los somalíes, los turcos, los libaneses y todos los demás inmigrantes y refugiados que corren un riesgo constante de violencia en Europa.”

¿Eres neutral en situaciones de injusticia?

En palabras del clérigo sudafricano Desmond Tutu: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor.” El llamado al boicot y las acciones en solidaridad con Palestina son reflejo de una conciencia política transformadora. No se puede enclaustar el diálogo en la academia, redes sociales o festivales musicales, mientras un estado fuertemente armado ejerce violencia, opresión y segregación contra un pueblo.

En palabras de Angela Davis, “(…) Este momento histórico exige el reconocimiento de las estructuras persistentes de racismo que juegan un papel importante y nos obligan a asumir la causa de la solidaridad palestina, específicamente el movimiento BDS, y que nos recuerdan la profunda necesidad de unir esfuerzos antirracistas con fuertes desafíos a la islamofobia y antisemitismo, y con la resistencia global a las políticas y prácticas de Apartheid del Estado de Israel”.

La experiencia demuestra que cuando las protestas se organizan y coordinan estratégicamente, los resultados abren una serie de posibilidades. No solo para comprometerse en solidaridad práctica con los palestinos. Sino también para el desarrollo de un verdadero cambio político. Israel defiende su derecho histórico a permanecer en ese territorio. Y sus ciudadanos temen por su seguridad por ataques terroristas. Sin embargo, no se puede hablar de un contexto justo. Israel cuenta con una infraestructura bélica apoyada, y financiada, por el imperialismo occidental. Incluso existen grupos en el país, como Boycott from Within, que también apoyan al BDS.

El llamado al boicot no es racista. No es antisemitismo. No se trata de acciones en contra de una religión o de un gentilicio. La lucha es en contra de un régimen violento. Los que tildan la crítica a Israel como antisemitismo y, al mismo tiempo, hacen un llamado al diálogo, lo hacen desde la comodidad que brinda el privilegio. Desde la ingenuidad maliciosa del que no sufre. La solidaridad internacional y el uso de plataformas para expandir el mensaje palestino, son mecanismos válidos para ejercer presión… Y los artistas así lo están demostrando.

 

Reportaje publicado originalmente en Crazyminds.es

Published by Cherry Adam

Moody experimentalist. Hypersensitive & Noir moments Photography, Essays & Sound Experimentation

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